La historia de la relojería está marcada por la genialidad de varios maestros, pero pocos casos son tan notables como la amistad entre John Arnold (1736-1799) fundador de la casa Arnold & Son en 1764 y Abraham-Louis Breguet (1747-1823) fundador de la casa Breguet en 1775. Ambos fueron figuras clave en la evolución de la relojería en el siglo XVIII y, aunque venían de tradiciones distintas—Arnold como un destacado relojero inglés y Breguet como un innovador suizo-francés—su relación fue una amistad marcada por el mutuo respeto, colaboración y aprendizaje.
John Arnold y Abraham-Louis Breguet se conocieron en la década de 1790, en un momento de la historia donde la precisión en la medición del tiempo era un desafío clave para la navegación y la ciencia. Arnold ya tenía fama como maestro relojero en Inglaterra, especialmente por sus cronómetros marinos, nada menos él había perfeccionado y miniaturizado el instrumento para la medición de la longitud; mientras que Breguet, en Francia, había revolucionado la relojería con sus desarrollos técnicos.
El mundo de la alta relojería es, desde sus comienzos, una industria regida por la innovación tecnológica que busca hacer movimientos cada vez más complicados y perfectos; por otro lado, persigue siempre la creatividad en el diseño y la arquitectura de cada reloj para lograr la máxima belleza. En este ambiente, la secresía, la confidencialidad, el celo por cada proyecto son la constante entre los fabricantes, pero esto no fue así para Arnold y Breguet.
Su relación fue más que una simple camaradería: compartieron ideas y técnicas, reconociéndose mutuamente como innovadores excepcionales. Breguet admiraba la precisión de los cronómetros de Arnold, mientras que Arnold se impresionaba con la creatividad y refinamiento de los mecanismos de Breguet.
El vínculo entre ambos relojeros se extendió a la siguiente generación. John Roger Arnold (1769-1843), hijo de John Arnold, se convirtió en aprendiz de Breguet en París, mientras que Antoine-Louis Breguet (1776-1858), hijo de Abraham-Louis, aprendió en el taller de Arnold en Inglaterra. Esto habla por si solo sobre la relación de confianza y el deseo de ambos maestros por perfeccionar su arte a través del conocimiento compartido.
La historia de la relojería no se podría entender sin alguno de estos dos genios, ambos son ampliamente reconocidos como ”padres de la relojería” y nunca faltan en ninguna lista de los top 5 más importantes maestros relojeros de la historia.
Algunas de las principales aportaciones de John Arnold:
Longitude Titanium
Algunas de las principales aportaciones de Abraham-Louis Breguet
Antes de la muerte de John Arnold en 1799, Breguet recibió uno de sus cronómetros personales, como muestra de su estima. En retribución, Breguet diseñó un cronómetro de bolsillo con escape de tourbillon montado sobre una de las bases de Arnold, combinando así el genio de ambos.
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